Crítica de la película The Master por Romulo

Hablo aquí de uno de mis realizadores predilectos. Vigiladísimo desde Boogie nights y en mis altares ya desde Magnolia. Adoro Punch Drunk Love y Pozos de ambición me parece una virguería que, paradójicamente, escupe densidad, complejidad y múltiples lecturas por cada curva de su sinuoso camino.

Ayer su nuevo trabajo, The master, obtuvo dos premios en Venecia. La normativa de la Mostra impide que una película se lleve más de dos premios y muchos se han quejado: Debió llevarse también el León de Oro a mejor película. Todos los plumillas repetían: La mejor película se lleva dos premios (director y actor, compartido este por sus dos protagonistas, Phoenix y Seymour Hoffman) pero no el de mejor película. Muy propio de tantos y tantos festivales...

Pero da igual. Ha sido la Película, el evento mayúsculo, el gran acontecimiento de esta edición de la Mostra. Todos hablan de la cinta del año. El aroma que desprende así lo anuncia, sí.

La Cienciología parece estar en el disparadero, pero a su vez, en la génesis del proyecto. PTA se inspira en el surgir de esta iglesia-secta para trazar la historia entre el gran responsable y uno de sus adeptos. La energía que se genere entre ambos vertebrará una película que parece llevar a este particularísimo (y aun tan joven) director a un estado de madurez sublime, un punto de lucidez creativa que no se recuerda en otros realizadores de esta generación o de generaciones anteriores más o menos recientes. Hablo, claro, desde la perspectiva de Pozos de ambición pero también con la intuición precrítica ante The Master -que es para lo que estoy aquí, qué narices.

El trío protagonista funcionará a las mil maravillas, con Amy Adams pero sobre todo con un Joaquin Phoenix que ha nacido para estar en una película de PT Anderson, y el grandísimo Philip Seymour Hoffman, actor fetiche del director. Recordar su fantástico Phil Parma de Magnolia me pone los pelos de punta.

No voy a seguir hablando porque, evidentemente, me voy a limitar a hacer lo que mismo que en estos últimos párrafos: Babear. Sí, no puedo tener más ganas de ver ya ya ya esta película. Repito: La cinta del año.