La nueva película de un semidesconocido Tod Williams es la elegida para clausurar este edición del Festival de Cine de San Sebastián. Los principales activos de esta película, a priori, radican en la presencia de rostros tan conocidos como los de Jeff Bridges y Kim Basinger. Ya que su director, el mencionado Tod Williams, no tuvo mucho eco con su primera película, "Las aventuras de Sebastian Cole".
Por tanto, cine de autor para la clausura, bajo el mecenazgo de uno de los productores más solventes del cine independiente estadounidense, Ted Hope, el hombre que creyó en proyectos como "Esplendor americano", "Human nature" o "Cosas que no se olvidan" y "Happiness.
Y, lo más importante, con lo que se prevé un texto muy sólido detrás, el que siempre aportan las novelas de John Irving, el escritor de "Las normas de la casa de la sidra". De sobra es conocida su afición por el drama a flor de piel.
Una película dura, de buenas interpretaciones, y con una de esas direcciones que enganchan a uno de la butaca para transportarlo a la misma pantalla. Todo un manjar para cerrar lo que se presenta como una gran edición.
Absténganse aquellos que siguen creyendo que Kim Basinger sólo actuó bien en "Nueve semanas y media".