Siempre nos quisieron inquietar con esta propuesta de casualidades ligadas a la inevitable muerte, ya desde su primera entrega sonaba a mofa de violines, y ahora persisten en la idea de someternos a las mil y una geometrías de la posibilidad de accidentes mortales, a base de premoniciones cargantes pero cada vez más espectaculares, es verdad. El añadido el 3D.
Bienvenidos a la excusa para hacer taquilla de los títulos menores. Sin ser siquiera terror, el film no consta de buen tono, ni siquiera de buen hacer, simplemente son batallas a veces confusas del montaje para ver sufrir de forma irrenunciable a otros. Esto ya estaba inventado, el terror, ese que es hasta mediocre lo consigue con mucho más efectismo y realismo.
Para los amantes de la palomita sencilla, a los que necesiten de dosis de simplismo y espectáculo provocado pero que divierte, inherente al ser humano. Es vuestra película en ese caso.