Crítica de la película Caché (Escondido) por Hypnos

La película nos regala en su inicio una auténtica lección de CINE. Una auténtica maravilla.

Y, ciertamente, es complicado para una película continuar dejando el listón tan alto en en los primeros minutos con un solo plano.

Haneke es uno de esos directores europeos de siempre. Cuidado con este concepto. Porque más de uno me podrá decir que si es un director poco convencional, un "enfant terrible", pero lo cierto es que es heredero de esos grandes directores que llevan más de 60 años diciéndonos que la burguesía está podrida. En esta película veo mucho de Rossellini, incluso de la nouvelle vague, y, sobre todo, veo al Haneke de "La pianista", pero llegando a un nivel altísimo. Lo que en su anterior película es fallo, aquí es maravilla.

Me encanta sobre todo la manera en que nos muestra y nos oculta a esa familia, a esa pareja que parece tan perfecta, a ese protagonista del que nos compadecemos, y con el que compartimos su miedo al comienzo, para darnos cuenta de lo que oculta, no sólo a nosotros, sino a su familia, a su mentira, que es trabajo habitual (véase la escena en la que montan su programa de tv), hasta que al final nos lleva incluso a reprobarlo. ¿Es un mentiroso? ¿Qué es? Y, sobre todo, termina la película y nos quedamos con incógnitas.

Me ha maravillado la cantidad de juegos que nos propone Haneke. Un ejemplo, cuando Auteuil ve cómo el que era su amigo se suicida, se va al cine, para evadirse de la realidad, y allí es donde nosotros mismos nos encontramos.

La escena de tensión entre Binoche y Auteuil con la Guerra de Irak de fondo. ¿Son tan graves nuestros problemas? Todo parece muy evidente, pero no crean que es tan fácil de colocarlo y que el conjunto funcione.

Los actores están de notable alto, incluso desarrollando unos diálogos que me parecen, en contra de lo que opina Beiger, que están muy bien redactados y que buscan y encuentran la esencia de esa burguesía, heredera de la que criticaba Balzac.

La dirección es soberbia, en su planificación, Haneke demuestra plano a plano una personalidad arrolladora, sin que esto se le convierta en "El cabo del miedo", y cuando la cámara se mueve, es un primor, al servicio del conjunto general de la película y nunca al del lucimiento ostentoso.

En definitiva, una de las tres mejores películas del año, que juega a desconcertar, pero que además demuestra una gran capacidad de jugar con los lenguajes cinematográficos (cine, vídeo). Todo ello hace que la película, pese a tener una fotografía sorprendemente floja, sea todo un regalo para los sentidos.

De obligado segundo visionado para paladear los detalles, no para desentrañar paradojas temporales de valium. ¿Por qué si todo parece tan sencillo y evidente se ve tan pocas veces bien hecho?