Pequeño Manhattan es lo único que nos puede ofrecer Mark Levin, uno de los directores, como experiencia tras la cámara en posición de mando. Parece que unido a su compañera de responsabilidades Jennifer Flacket, necesaria para darle un toque alegre a la película, podemos viajar a bordo más bien de un juego que de un film de minutaje atractivo. Aprecidada por los menores, pero no tanto por los adultos, la presencia de demasiadas sonrisas y diversión llena de sol parecen suficiente excusa como para elegirla como opción entre las malas.
Diseñada como un invento continueado de imaginación y escenas diversas, este será su gran atributo, que no es poco, pero en momentos parecerá pertenecer más a otros mundos como los videojuegos que al propio crear cinematográfico. Esta última apreciación viene dada por el abuso que a veces se hace sin demasiada necesidad de las maravillas y trucos de la sala de efectos, ya se verá en el film. Por lo demás, diversión sin mucho enlace emocional, estímulo de los más pequeños y listo.
Jodie Fuster (La extraña que hay en tí) y Gerard Butter (300) se mostrarán probablemente cariñosos a ojos de los padres, en una película de bonitos paisajes tratando de destacar por encima de la protagonista infantil y fémina, Abigail Breslin. La hemos podido ver en Pequeña miss sunshine, The Santa Claus 3 o Definitivamente, quizás, labrándose una filmografía excelente a su corta edad. Merece la pena en pantalla, lo aseguro. Si son capaces de aguantar viendo a los dos adultos tratando de ser graciosos a raudales mientras intentan explicar lo lioso de la temática a sus hijos, igual disfrutan y todo. No para pequeños, pero tampoco para adultos, terreno de nadie.