Crítica de la película Mar adentro por Hypnos

La jaula


3/5
02/09/2004

Crítica de Mar adentro
por Hypnos



Carátula de la película Escrita por el propio Amenábar y Mateo Gil; con banda sonora compuesta por él mismo; iluminada por Javier Aguirresarobe; montada por él mismo junto con Iván Aledo; producida por él mismo; y, como no, dirigida por él mismo.

Sus colaboradores son los de siempre, a excepción del montador, y parece que se ha implicado más que nunca en este proyecto, dando idea de que quizá ésta sea su película más íntima, quizá más ansiada, en cuyas postrimerías va a hacer la revelación más importante de su vida en lo que a aspectos privados se refiere, su cuarta película. Y para ello decide dar un giro de 180º y elegir plasmar la vida de un personaje de carne y hueso como es Ramón Sampedro. ¿Y por qué? Es la pregunta inevitable.

Sintiéndolo mucho yo no tengo la respuesta, que me temo sólo esté en su cabeza, y nunca la sabremos. Algunos podrán hablar de cansancio, de hastío, de miedo a ser encasillado, de agotamiento de ideas, de que realmente éste es el tipo de cine que ha querido hacer desde un comienzo, incluso, los más osados esgrimirán madurez.

Sea por el motivo que fuere, ésta va a ser la película que arrase en la próxima edición de los Premios Goya; ésta será la película elegida para acudir a los Oscars representando a España; quizá y en un presente más inmediato, volverá con algún galardón de Venecia, aparte de la Copa Volpi a mejor actor para Bardem, que lo clavará y de qué manera en su transformación draconiana; ésta será la película española más vista del año; ésta será la película que aplaudirán los críticos españoles, al ver que el "enfant terrible" ha entrado en el redil...

A modo de «obiter dicta», permítaseme traer a colación un par de conceptos que se hayan plenamente delimitados en el cine estadounidense, con muy buen ojo, a mi entender. Éstos son las películas de cine y los telefilms.
En EEUU se considera que hay una gran cantidad de materiales que a la gente les gusta, pero que no tienen entidad o cabida en la concepción que del CINE se hace en EEUU: diversión ( y no pensemos sólo en palomitas, acción y tiros ), vamos, que la gente en EEUU no paga una costosa entrada para ver la vida de tu vecino en pantalla gigante. Para eso tienen los telefilms.

¿Qué sucede en España? Que no hay dinero para telefilms, y lo que hay es una obnubilada visión del concepto de entretenimiento. Porque para Quijotes, nosotros; porque todo lo yanqui es malo y apestoso y nosotros somos los progres del cine comprometido y social, porque lo mismo nos gusta gritar "No a la guerra" como "No al terrorismo", como "No a los maltratos", como "Sí a la eutanasia" y etc. Y si para reflejar esos ideales tenemos que hacer cine aburrido, pues lo hacemos, que para eso aquí se dice "coño" y no "caracoles". Y no es más que una lucha contra gigantes, porque en el que creemos muy podrido sistema yanqui, en año de elecciones se proyecta "Farenheit 9/11", que ya me gustaría a mí si hubiese llegado a ver la luz un proyecto de iguales características en España; porque en el muy podrido sistema yanqui no tienen a Miguel Ángel haciendo el gotelé de las paredes, sino esculpiendo en marmol.

Y todas estas líneas porque me duele ver cómo uno de nuestros pocos Michelangelos se ha metido en una jaula de oro, para dilapidar su talento en uno de esos docudramas de bombo y platillo, de palmas y loas, de sentimiento y emoción a flor de piel, y de gente que al sufrir dice coño y no caracoles.

Lo siento, Alejandro, pero me temo que esta vez no me vas a maravillar y conquistar como las anteriores.

¿Por qué lo has hecho?


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