La extraña que hay en tí es el lamentabilísimo título que le han adjudicado a The brave one por estos lares sin ningún tipo de miramientos. Y The brave one, además de la nueva de Jodie Foster, es la nueva de Neil Jordan, que también es cosa relevante.
La Foster trabaja poco, le gusta elegir lo que hace y tiene querencia por meterse en proyectos de directores con cierto nombre: que si Zemeckis, que si Fincher... De vez en cuando patina, eso desde luego, pero lo que parece claro es que de un tiempo a esta parte quiere heroínas, personajes femeninos fuertes. Quizás no heroínas en el sentido más maniqueísta del término (que es el que más se estila en Hollywood), sino desde un prisma siempre más interesante y complejo y, a menudo, obtuso. Recordemos la fallida pero interesante La habitación del pánico o la mucho menos interesante Plan de vuelo.
Ahora elige un rol similar: otra heroína a su pesar. Esta vez incluso más cerca de justicieros al más puro estilo Charles Bronson, aunque con más cine, mejor trato. No necesariamente con más motivos para sus acciones y revanchas, pero mejor explicado, lo cual sí hará que parezca que los hay.
En la dirección, insisto, está Neil Jordan, un tipo curtido en mil batallas y más interesante de lo que muchos quieren admitir. En su haber, títulos de mucho peso, como En compañía de lobos, Juego de lágrimas, Entrevista con el vampiro o El buen ladrón. Incluso sus peores películas tienen su importancia: Dirigió Nunca fuimos ángeles, estúpida patochada que sirvió, oiga, como primer aviso, clarísimo aviso, del Síndrome De Niro que atacaría irremediablemente a uno de los mejores actores de la Historia del Cine.
Más allá de bromas, estamos ante una película que no pinta a mayor, pero que no se la va a jugar a chica. Va a ser muy echada para adelante, con arrestos, fuerte y ante todo sobria. Veremos si también violenta. Ojalá pegue tan fuerte como amenaza.