En los tiempos en que el Gordo estaba en forma (o sea, vivo), si hubiera firmado esta película le habría plantado un 5 bien redondo aquí mismo, en la precrítica. Pero el Orondo lleva un tiempo rígido y el que se ha sentado en la silla de director es otro, Sidney Pollack, un tipo de garantías pero sin el genio del Maestro. Un director de oficio ante un talento infinito. Y claro, si pudiera, me quedaba con lo último pero, los que hemos visto títulos de Fuller y similares, sabemos que el oficio no se hace de menos. Al contrario, se agradece.
El caso es que probablemente Pollack tampoco es Fuller, y la comparación es estúpida hablando de una película que no les asemeja en nada. Pero, lógicamente, sólo me refiero a una comparación de "calidades". Uno mira la filmografía de Pollack y recuerda que, seguramente, no tiene la fuerza de los grandes narradores pero, a su vez, encuentra títulos como "Memorias de África", lleno de belleza y con un sobrio pulso clásico.
Así las cosas, en manos de Pollack cae un thriller político tal como ya sucediera en 1975 con "Los tres días del Cóndor". Con sus citadas virtudes (oficio, pulso y clasicismo) no dudo que nos va a ofrecer un producto de calidad, construído en parte sobre el carisma y el innegable talento de sus dos protagonistas: Nicole Kidman y Sean Penn. Esto resulta en 4 estrellas...
...pero no pierdo la esperanza de que Pollack dé con el punto exacto en todas y cada una de sus decisiones como casi consiguió en "Memorias de África" y, por qué no, acabemos viendo una película, LA INTÉRPRETE, a la altura de lo que el Gordo hubiera hecho con ella.