Crítica de la película Alicia en el país de las maravillas por Obi-Wan

En 1951 por mediación de Walt Disney, el cuento de Alicia se hizo mundialmente famoso aunque en realidad, esta película animada estaba basada en los dos relatos cortos de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del espejo, centrándose en algunos pasajes y olvidando muchos otros, por no decir la gran mayoría. Ahora la Disney vuelve a rescatar este clásico de la mano de Tim Burton, un director del que sobra decir que sabrá captar ese mundo de irrealidad y ensueño y que logrará plasmar la genialidad de todos los inverosímiles personajes y criaturas.

Burton ya demostró con otra novela infantil como Charlie y la fábrica de chocolate  hasta que punto podía recrear un universo lleno de colorido y fuerza visual, pero falló en el desarrollo de la historia y en un mensaje demasiado mascado y evidente. Con Alicia espero que no vuelva a suceder. No se puede negar la dificultad que esta adaptación entraña, sin pies ni cabeza, que se asemeja a una larga y disparatada partida de ajedrez, dónde los pasajes se van sucediendo sin sentido sobre la oculta critica a la sociedad victoriana a la que pertenecía Carroll, algo que supongo quedará obviado en la película.

El mayor temor que podemos tener es que Burton sucumba ante la desmesura, que anteponga la excesividad de los personajes a su sensibilidad para contar fábulas, a que se ahogue en una irrealidad sin límites a golpe de enaltecer su infinita creatividad, dejando de lado la esencia del cuento. Porque de antemano ya podemos decir, si se mantiene fiel a la novela, algo que espero se cumpla, que no podremos buscarle una coherencia a la historia y que el verdadero triunfo estará en que la consecución de las escenas se convierta en una montaña rusa de la que no desearemos apearnos.

La elegida para escribir el guión ha sido Linda Woolverton, responsable entre otros títulos de grandes clásicos Disney como El rey león, La bella y la bestia y Mulan. Difícil tarea ha acometido, porque insuflarle una cierta lógica a estos relatos es imposible y corre el riesgo de que la desbordada y un tanto matemática imaginación del escritor inglés se convierta en un rompecabezas sin solución. Pero en el mundo de Alicia todo es posible y si saben conjugar sus fantásticas aventuras sumergiéndonos en un mundo sin reglas ni límites, este título se convertirá en un viaje trepidante.

Como en todo proyecto de este carismático director, siempre se tiene cierta curiosidad por el reparto y por cuantos de sus actores fetiche volverán a estar a sus órdenes. Sus mayores estandartes estarán presentes, ya que tanto su mujer Helena Bonham Carter como Johnny Depp encarnarán a emblemáticos personajes. Otros que repiten con Burton son el incombustible Christopher Lee tras Charlie y la fábrica de chocolate, La novia cadáver y Sleepy Hollow y Alan Rickman tras Sweeney Todd, un actorazo que a parte de otros muchos papeles impecables permanecerá en la retina de muchos por ser Severus Snape en la saga de Harry Potter. Otros nombres famosos serán Anne Hathaway (La joven Jane Austen) o Michael Sheen (El desafío: Frost contra Nixon), mientras que para el papel de Alicia, se ha elegido una cara bastante desconocida: Mia Wasikowska.

La realización va a ser impecable, llena de efectos y con un mundo delirante que rebosará formas y colores repleto de fantasía e imaginación, rayando la locura y el exceso. Espero que esa posible ostentación no le pase factura al film, que de tan recargado, pueda parecer un constante desvario. Pero ¡qué demonios!, es Alicia en el país de las maravillas, un país de ensueño dónde no hay reglas que valgan.