El cine es un reflejo de la sociedad, de eso no hay duda. La adolescencia puede ser el tema central de una peli y además puede ser el medio para contestar y denunciar todos los vacíos sociales que esta generación tiene con los más débiles de su misma condición. Parece que se pone de moda hacer documentales y trabajos de toda índole acerca de los acosos escolares, malos tratos entre alumno y un largo etcétera.
Su director es el holandés Hanro Smitsman y este es su segundo largometraje. Yo, al igual que vosotros no sé cuál es el enfoque que quiere darle a su película y si ni siquiera los tiros van por donde yo creo que van. Lo que sí es cierto es que estará cerca de ser un film denuncia y que puede ser esa la sensación que se nos quede al término de su visionado. Pero seguramente se valga de las formas de una película dramática de tipo social, es decir, creando una atmósfera ficticia con personajes y situaciones exageradas que contribuyan al objetivo de la cinta.
Se presenta en el Festival de San Sebastián en Zabaltegi en Nuevos Directores y esperamos el mejor de los resultados cinematográficas de un largometraje que puede zarandear ciertas conciencias acerca de una maldita pesadilla que sigue ocurriendo sin poner remedio alguno.