El guión es original, plagado de situaciones curiosas poco habituales, eso me gusta mucho. Lástima que a veces esto resulta demasiado exagerado, demasiada originalidad, en cada momento parece que tiene que ocurrir algo muy extraño. Excesivo.
La dirección es distinta de la tradicional, que no distinta de las habituales direcciones distintas de la normal. El acostumbrado tembleque de la cámara, un tembleque que suelo odiar por manido y falto de creatividad, pero que en esta ocasión está bien estudiado y no precisamente dejado al azar. Los ligeros zooms bruscos y movimientos acentuados de la cámara continuamente apoyan a la narración. Bien.
Los actores están como tienen que estar, e incluso un poquito mejor. No son precisamente novatos en su mayoría.
El problema del guión coral está bien salvado porque la unión de las historias es muy fuerte y no se ramifica más de lo que pudiera controlar.
En general creo que me encuentro ante una buena película, con la que he disfrutado, y en algunos momentos reído, y por eso las cuatro estrellas. Pero (porque siempre hay un pero), quizá me ha chirriado algo, y ese algo es que este producto se puede parecer peligrosamente a otros, como si la mano de Paul Thomas Anderson, Danny Boyle, Tarantino y algunos otros tuviera cierta fuerza en la mente del director (o del guionista quizá). Y son manos con demasiada personalidad.