El motorista fantasma es un buen ejemplo de qué pasa si haces una película sin guionista. Está claro que en ésta película hay dos personas imprescindibles a las que no se ha contratado. La primera es un friki, gordo, con perilla y camiseta negra de algún grupo marginal, que se conozca los comics del motorista de pé a pá y se encargue de cuidar y respetar el comic original. La segunda es alguien que sepa de narración, de ritmo y que, en definitiva, sepa contar una historia.
Cuando dejas la piedra angular de toda película, el guión, en manos del tío de contabilidad y del creativo infográfico, no puedes esperar otra cosa que no sea el bodrio hortera que es ésta película.
El tío de contabilidad, listo como él sólo, se da cuenta en seguida de que es mucho más barato traer una cara conocida como Cage, si le prometes que puede rodar todas sus escenas en una semana (dado que, cuando el motorista se transforma en Calavera, se puede poner a un doble). Claro que, para eso, sabes que no tendrás mucho tiempo para hacer muchas tomas. Sabes también que, sin un trabajo previo de dirección de actores, Cage no conseguirá hacer suyo el personaje y que, seguramente, tendrá que improvisar los diálogos porque igual no hay tiempo ni de repetir... Sólo esto puede explicar el impresionante ridículo de la actuación de Cage y el resto de actores del reparto. Y sólo esto puede explicar la evidente falta de tomas intermedias, planos detalle, etc. necesarios para montar decentemente la película y darle algo de sentido. Me puedo imaginar la cara del equipo de montaje al ver que sólo tenían unas pocas tomas de cada escena, sin diferentes planos, sin planos detalle... sin nada.
Y por otro lado, como comentaba, está el creativo infográfico. Durante toda la película se luce. Y lo digo en serio. Está claro que éste es el mejor trabajo de su mediocre carrera. Esto es lo mejor que puede hacer. Por eso, y porque no hay un guionista que le frene, se permite meter largas escenas hechas por ordenador que no viene a cuento, o malos que sólo sirven para que queden "chulos" sus poderes. Quizás el momento más representativo de lo que digo es esa maravillosa escena donde el motorista cabalga junto a su predecesor que va a caballo mientras se acercan a Venganza. Los espectadores que todavía siguen con algo de atención la historia, se dan cuenta de que no tiene ningún sentido que le acompañe para luego irse (¿qué pasa?¿no se conocía el camino?) así que el personaje del enterrador afirma: "me voy, ésta era la última transformación que me quedaba"... ¿qué pasa? ¿tiene un contador de transformaciones? Patético.
Quizá ésta película sea una obra maestra de la serie B actual. Desde luego me lo he pasado realmente bien viéndola y riéndome de ella. Quzá todo esto ya podría preverse con esos créditos iniciales tan Carpenter y tan maravillosos.