El premiado escritor Vicente
Molina Foix aborda aquí su segunda película, después de que hace ya nueve
años estrenara Sagitario, un trabajo que no tuvo una gran acogida. Ahora, con
unas perspectivas de calidad bastante mayores, presenta en el festival de
Málaga su nueva película. La presencia de la inmigración se repite aquí, dentro
del certamen, donde podemos encontrar otros puntos de vista como es el caso de Rabia.
Quizá podemos esperar una excesiva corrección en las formas
(aunque el director de fotografía sea Andreu
Rebés, quien en manos de Cesc Gay ofrece una estética muy moderna) y una
estructura literaria (que ya asoma en lo pretencioso del título) demasiado formal,
pero seguramente también encontremos un buen trabajo con los personajes, a
nivel emocional, una sobriedad exenta de excentricidades (para bien y para mal)
y un buen trabajo con los actores. Destaca Marisa
Paredes como protagonista, una dama de la interpretación que parece cuadrar
con el proyecto como anillo al dedo.
Para quien guste de los formatos más tradicionales y del
estilo sobrio, para quien no necesite la vuelta de tuerca. Una película
posiblemente previsible pero convincente y segura de sí misma.