En esta ocasión van a ofrecernos desde la factoría de lindezas del guión, otra genial noche de juventud adolescente a la sombra del humor gratuito pero perfectamente político, correctamente pronunciado, con la clásica historia de siempre, excusada en cualquier tontería para sentar en el mismo banquillo al tonto y a la guapa. Nos suena demasiado y salvo en puntadas curiosas nos hará la gracia justa. Si al menos fueran tres chicos y..., esa era Supersalidos.
Michael Cera se encasilla en este tipo de papel, que al parecer sabe pronunciar a la perfección en los distintos matices del mismo, como listo, como lento o como tonto. Ya pudimos comprobar también sus peripecias en Juno o en la película anteriormente mencionada. Sabrá llevar el peso excelentemente aunque tenga que intentar paliar el modelito que le ponen al lado, aunque en esta ocasión se han molestado en sacar en pantalla como morena. Tiene muy mala pinta y espero equivocarme. La pudimos ver en Una conejita en el campus.
Por otro lado, tenemos la historia que seguro se quiere recubrir de miles de frases de conversación entorno al amor y la música, parece que nos van a dar la paliza con referencias musicales, y todo con el espíritu de Antes de amanecer, pero sin Viena, ni sonrisas bonitas ni naturalidad, sino juerga teñida y flaqueza de intensidad. Final feliz, lo que faltaba. Para amantes de este subgénero y nada más.