Bond, James Bond, aquí lo tenemos en su vigésimotercera aventura y en lo que es la tercera película de la saga interpretada por Daniel Craig. Sí, es difícil y ardua la tarea del precrítico cuando te enfrentas a Bond. Todos sabemos lo que hay. Desde que Daniel Craig se convirtió en Bond sabemos que esto va de mayor realismo, de hostias secas, de siguen habiendo flipadas de la saga pero más controladas y con un mayor trasfondo humano del personaje.
He de decir que no me considero ningún fan de este Bond, el nacido tras Casino Royale, y me alegro que el gran perpetrador de este risorgimento haya desparecido de la escena, hablo de Paul Haggis, que iba para estrella tras su Crash y ha terminando siendo profético. Haggis supuso una moda, un Dan Brown, como ya lo profeticé en mi post de esa película sobrevaloradísima llamada Crash.
Me alegra que haya desparecido y, en su lugar, además de un par de habituales de la saga a los mandos del guión (Neal Purvis y Robert Wade), aparece John Logan, nominado al Óscar como mejor guión por Gladiator, El aviador y La invención de Hugo. De estos tres títulos me quedo, como más completo, con El aviador, donde sí que había un interesante ejercicio de síntesis narrativa. Me gusta como elección porque tampoco hace falta buscar a Danielle Steel para darle más humanidad a Bond, lo de Haggis iba un poco en esa línea.
Sin embargo, el mayor atractivo a nivel cinematográfico está en la presencia del ganador de un Óscar, Sam Mendes (American Beauty), que se ha animado a dirigir una película de Bond tras ese scherzo que era Un lugar para quedarse y la fallida adaptación de Revolutionary Road. Me interesa la visión que puede aportar al Universo Bond.
Como también me apetece, y mucho, ver de malo machacamartillo a nuestro querido Javier Bardem, el actor español de moda que no pierde la oportunidad de abrazar una pancarta que pilla de paso. Ya lo vimos haciendo de malo sublime en No es país para viejos y será todo un gustazo contar con su presencia.
De chica Bond contamos con Naomie Harris, a la que hemos visto en Piratas del Caribe o en Corrupción en Miami, el soporífero remake de la exitosa serie de televisión perpetrado por Michael Mann.
Una oportunidad de ir a disfrutar del cine a lo grande, sin duda, y el interés por ver algo que espero quede en nuestra retina.