Mucho han cambiado las cosas desde que Walt Disney peleara contra viento y marea para crear Blancanieves, el primer clásico Disney que sería estrenado en cines y que fue todo un éxito a nivel de crítica y público. Si bien se vivió un claro resurgir con títulos como La Sirenita, Aladdín o El rey león, la Disney vivió varios baches hasta que se asoció con Pixar y su animación por ordenador que inició su etapa de bonanza con Toy Story. Ahora que Disney es propietaria de Pixar, se abre una nueva etapa al volver a la animación tradicional y nada más y nada menos que bajo la supervisión de John Lasseter, productor de títulos como Up, Wall-E o Ratatouille.
Dejando atrás los ríos de tinta que corrieron durante su producción, que motivaron que se cambiase el título y algunas partes del guión, estamos ante la primera vez que la Disney tendrá una protagonista de raza negra. Volverá el formato de cuento de hadas, aderezado con múltiples secuencias musicales compuestas por Randy Newman, que tras quince nominaciones a los Oscar se llevó el gato al agua con Monstruos S.A.. Sus directores y guionistas son Ron Clements y John Musker, ya encargados del mismo trabajo en La sirenita y Aladdín.
La unión de lo mejor de la Disney con lo mejor de la Pixar no hace más que llenarme de esperanza ante la posibilidad de volver a disfrutar con la magia y la fantasía y volver a vivir un film con la ilusión de un niño. En estos tiempos que corren de ensalzamiento y perfeccionamiento del 3D, esta puede resultar una apuesta arriesgada, pero seguramente la historia no defraudará. Aunque claro, ¿qué otra cosa va a decir alguien que todavía canta Hakuna Matata o Bajo el mar cuando se encuentra en la ducha?