Crítica de la película Ellas por Olmo

Nadie hubiera apostado por una Juliette Binoche fuera de forma ¿verdad que no? Resulta que en Ellas, Binoche va a remolque de todo lo demás, aparece y desaparece, ni se asoma, no se deja ver y no resulta. Es más, Ellas, las verdaderas protas de la cinta ponen la nota mayor, aparecen menos y mejor, se les nota y se les siente. Se les entiende y es de eso de lo que se trata.

Se trata de una película que carbura con los primeros planos de las dos estudiantes, sus confesiones, su naturalidad, esas miradas de ¿pecado? ¿lujuria? ¿necesidad? ¿conformidad? ¿resignación? ¿normalidad? Y desde luego unas escenas de sexo que se disfrutan desde un punto de vista fotográfico y manejo de la cámara. Se desvincula de ser un film denuncia porque no lo pretende ser. Pretende ser un demostrativo, un ejemplo, demostrar lo que hay sin trampa ni cartón. Lo que es no deja de ser y lo que nos rodea forma parte de nosotros.

Una pantalla rasgada con dos ofertas bien diferentes. La primera, Binoche, que no deja der una flor bonita en un jarrón a medio romper y que pasa desapercibida. La segunda, lo que quería ver, he visto y por ello premio con dos estrellas que valen más que tres justitas. Las jovencitas vienen pegando fuerte. Binoche, siempre será Binoche pero en esta ocasión que se ponga a la cola.