Sí, lo admito, las dos Guerras Mundiales son uno de mis temas favoritos en el cine. Y puestos a esperar siempre grandes películas bélicas, me aparece la representante de Alemania en los Óscars. La segunda competidora seria de "Mar adentro".
No obstante siempre he echado en falta una película como ésta, que se atreva a hablarnos de algo que pocas veces se ha hablado. De esos victoriosos días en que el conflicto armado más sangriento del siglo pasado veía el final del túnel. De esos últimos días de Hitler.
Esta película ha cogido el toro por los cuernos, y se ha lanzado a hablarnos de lo que pasaba por la mente de Hitler en aquellos días. Algunos han acusado a la película de querer transmitir humanidad en un personaje para el que existe un pacto implícito en virtud del cual nadie puede dotar de rasgos humanos.
Ahora bien, mal que pese a muchos, Hitler no era un demonio, sino una persona de carne y hueso, interpretada en esta película por Bruno Ganz ("El cielo sobre Berlín"), del que se han hablado maravillas.
El responsable de dirigir la película es Oliver Hirschbiegel, un director que se ha curtido rodando los episodios de la serie alemana "Rex, un policiía diferente". La película está basada en un libro de Joachim Fest, adaptado a la gran pantalla por Bernd Eichinger, afamado productor de cine ("Smila, misterio en la nieve", "Descubriendo África", ganadora de un Óscar a Mejor película de habla no inglesa).
Una valiente coproducción ítalo-alemana que merece todos mis respetos, y que creo no está indicada para todos los públicos.
Eso sí, no vayan a verla aquéllos que se creen que el cine bélico empieza y se acaba en películas tales como "La gran evasión" o "Los cañones de Navarone".