La verdad es que no me puede apetecer menos esta película. A serbian film llega a Sitges y a la Semana de terror con mucho hype, esto es, con mucha gente hablando de ella por internet. Es exactamente lo mismo que ha pasado en años anteriores con las francesas Martyrs y Frontieres. Se trata de películas ultraviolentas, sin mayor razón de ser, que explotan la capacidad de los efectos especiales de hoy en día para emular la tortura con todo lujo de detalles y realismo. Los humanos somos morbosos, es lo que tiene. Pero yo creo que hay que hacer un pequeño esfuerzo por rechazar este tipo de películas. En este caso, además, a la ultraviolencia habitual se le mezcla pornografía lo más extrema posible aunque aquí no se atreven a ser tan explícitos como les gustaría, pero no se cortan un pelo.
Entiendase bien que no soy precisamente un precrítico mojigato, y que no estamos hablando de películas gore como Tú madre se ha comido a mi perro o de cosas como "la saga de Rambo es muy violenta". Esto no es una película con muchos tiros o una película con una violencia muy poco realista, la cosa está en dañar la sensibilidad del espectador ofreciéndole tortura lo más real posible...
Un asco.