Ang Lee es, en mi opinión, uno de los directores más versátiles, excitantes y creativos de la actualidad. En su haber cinematográfico cuenta con películas que van desde la revolución en efectos especiales ("Tigre y dragón") hasta en el montaje ("Hulk"), pasando por disecciones brillantísimas de la historia reciente de EEUU ("La tormenta de hielo") o retratos del s. XIX en Inglaterra ("Sentido y sensibilidad"). Un auténtico todoterreno que en todas sus películas deja la impronta magnífica de su saber hacer. Uno de los mejores directores en activo.
Esta película que comento se hizo con el León de Oro en la reciente edición de la Mostra de Venezia, y con la unanimidad de la crítica convencional, que la vio como una justa vencedora. Algunos afortunados han tenido la posibilidad de verla en la Seminci que concluyó el sábado 29 de octubre en Valladolid. No obstante, según parece, nosotros tendremos que esperar hasta febrero de 2006 para verla.
Esta vez volveremos a encontrarnos con el Ang Lee sensible y cirujano para contarnos una historia de gran trascendencia entre dos personajes, interpretados por Jake Gyllenhaal y Heath Ledger. Un par de desconocidos para el gran público que comenzarán a dejar de serlo en años venideros. El primero de ellos fue el hijo que huía en "El día de mañana" y el desorientado protagonista de "Donnie Darko". El segundo de ellos es el partenaire de Matt Damon en "El secreto de los Hermanos Grimm".
Otro dato más. El guión está basado en un relato corto de E. Annie Proulx, escritora de la novela "Atando cabos", que llevó a la pantalla Lasse Hallström.
Una película que puede estar en el ramillete de favoritas para los Óscars de 2005.