Crítica de la película La fuente de la vida (The Fountain) por Iñaki Ortiz

Darren Aronofsky sólo ha hecho dos películas antes que esta, aparte de algunos cortos. Se podría decir que es muy poco y sin embargo ya es para mí uno de los nuevos directores más prometedores.

Fue capaz de crear de la nada tan absoluta como es ese diabólico número irracional que denominamos “Pi” una película absorbente, agobiante y retorcida que se movía casi en el plano abstracto. También es verdad que se valía del abc de las matemáticas, quizá no es tan redonda en ese sentido como “Primer” otra obra de características similares. Y es que Aronofsky demostró con su siguiente película que no estaba únicamente interesado en cuestiones científicas, “Requiem por un sueño” se colocó muy arriba en la lista de películas que abordaban en profundidad el mundo de las drogas, en este caso no sólo entre la juventud, y consiguió nuevamente sumar adeptos convencidos. En ambas películas demuestra una certera maestría a la hora de crear atmósferas, especialmente las inquietantes, casi de pesadilla. Y sobretodo, demuestra interesarse por un cine inteligente, consiguiéndolo con margen.

Ahora llega una película que llevo esperando desde hace meses. Antes tenía la sensación, al contrario que Beiger, que esta no iba a ser demasiado compleja. Muchas cosas me han hecho cambiar de opinión y ahora le doy la razón con gusto pues creo que disfrutaré tejiendo los hilos de la complicación de una idea en principio sencilla. En el guión nos encontramos también a Ari Handel amigo de Aronofsky que ya le había ayudado anteriormente. Puede servir de mucha ayuda el hecho de que hubiese estudiado para neurocirujano, por lo demás no creo que se note su mano demasiado.

Podremos volver a disfrutar de la fotografía de Matthew Libatique, que trabajó con el director en sus anteriores películas, y que ha crecido desde entonces trabajando con Spike Lee en “Plan oculto” o con Joel Schumacher en “Tigerland”. Además hemos podido comprobar sus capacidades caricaturescas en “Todo está iluminado”.

Otro aliciente es volver a escuchar la música hipnótica de Clint Mansell, un músico que no ha tenido demasiada suerte fuera de las películas de este director.

Por último los actores, aunque creo que es lo de menos, de hecho en principio iban a ser Brad Pitt y Cate Blanchett pero se descolgaron del proyecto. Definitivamente son el omnipresente Hugh Jackman ("Scoop", "The Prestige", lobezno para los amigos) y Rachel Weisz quien ganó el oscar en la categoría de secundaria por "El jardinero Fiel" y que es la actual pareja del director. Ambos son actores de mi gusto.

Lo que está claro y quedó patente en su pase por Venecia es que no es plato del gusto de todos. Si no fuera así mis expectativas serían mucho menores. Confío en ver una película difícil e inteligente y esto como sabemos no es para todos los públicos. En su paso por Sitges tuvo mejor aceptación, porque claro, es un público más orientado a este tipo de cine. En todo caso yo hago un llamamiento al espectador más atrevido, pues esta puede ser su película. Además, sólo dura hora y media, esto no es “Southland Tales”.

Lo peor es que mis expectativas son demasiado altas, espero no llevarme una desilusión.