Richard Eyre es un director ante todo clásico. Así lo sugiere el hecho de que se interese por proyectos como el da la historia biográfica de la novelista Iris Murdoch en Iris, o que nos cuente una historia como la de Diario de un escándalo. El problema es que lo que en la primera es una elección formal clásica para hablarnos de un tema concreto interesante, en la segunda hablamos más bien de un argumento demasiado manido, especialmente durante los noventa, que más que de clásico peca de trillado, sin mayores aspiraciones.
En esta ocasión nos presenta una película que nuevamente es sospechosa por su argumento y podría caer fácilmente en una secuencia de situaciones mil veces vista que dejó de tener interés hace tiempo. Podría volver a ocurrir algo como lo que pasó con la terriblemente fallida The Tiger's Tail de John Boorman, una película trillada hasta el extremo que el Zinemaldi coló en sección oficial más por el nombre de su autor que por cualquier otra buena razón. También esta película participa en la sección oficial del Festival de San Sebastián. También ahora hay otras razones para incluirla, empezando por su director, y continuando por el reparto.
Antonio Banderas, el flamante -y si se me permite algo justito- premio Donostia de este año es uno de los protagonistas del film. Junto a él, una estrella en horas bajas, Liam Neeson, que de un tiempo a esta parte, cuando no interpreta su rol de mentor, se dedica a hacer películas tan pobres como Venganza. Confío en que sea una buena oportunidad para estos dos intérpretes de lucirse en un proyecto menos comercial, con un director de calidad. El bueno de Banderas, dentro de sus limitaciones, ha demostrado que es capaz de conseguir grandes logros en registros bien diferentes. En cuanto a Neeson, por muy en horas bajas que se encuentre, sigue siendo un profesional más que capaz.
De la que no tengo ninguna duda es de esa gran actriz que es Laura Linney, una de las más destacadas intérpretes del cine independiente, con joyitas como Una historia de Brooklyn. Un buen reparto y un autor interesante como Eyre, espero que den buenos frutos compensando una premisa no demasiado prometedora; y no sea esta otra elección desacertada del Zinemaldi.
Con tiento pero con buena disposición afronto esta película.