A día de hoy para mí ya es un buen
signo hablar de la nueva película de Christopher Smith. Con
Desmembrados consiguió que un fresquísimo gore, divertido e
inquietante a partes iguales, con un ritmo impecable y un tono en su
justa medida. Después, con Triangle, rizó el rizo de las paradojas
temporales, cuando parece que no se puede hacer nada nuevo,
disfrazándolo de thriller psicológico. Quizá no sea uno de los
mejores directores del momento, pero dentro del género está siendo
un soplo de aire fresco.
Ahora se podrá ver en el festival de
Sitges su última película, con la que se ha ido esta vez, nada
menos que a la edad media para rodearnos de la suciedad agobiante y
el olor a muerte que desprende la peste. Estoy convencido de que nos
vamos a encontrar con una ambientación logradísima, donde será
palpable toda la oscuridad y el horror del momento. Además,
jugueteando con los géneros de nuevo, nos lo aderezará con
aventura, pero siempre desde un tono contundente y directo.
En la película podemos encontrar a un
actor algo fuera de forma, como es Sean Bean, pero que será
perfecto para este ambiente (no sería raro encontrar paralelismos
con la visión que dio Peter Jackson de El señor de los anillos).
También participa Carice Van Houten, que tan atractiva puede llegar
a ser en manos de Verhoeven (El libro negro).
Se podrá ver también en la semana de
terror de San Sebastián, donde la esperaré con interés.