Un hombre amamantado por las series de televisión dirigie este film de terror o miedo psicológico sobre las psicofonías y los mensajes de los muertos vía electrónica. Supongo que no hay que añadir mucho a no ser que mencione la presencia de Michael Keaton, olvidado y rescatado con poco dinerito como caché, que se podrá gastar en asombrosos efectos especiales que mantendrán la película durante los primeros 45 minutos junto a un halo de misterio aceptable para acabar naufragando en un final que no tiene sentido ni sensibilidad. Lo justo, y la pena de haber podido llegar a más.