Parece que el cine alemán goza de un buen momento. Y razón no le falta. Es un cine de calidad, no hay duda. Tras La vida de los otros que gustó y mucho esta vez nos llega un drama en toda regla que ha sabido transformar en dos horas uno de los peores episodios de la historia. Y le ha sabido sacar partido a un "compartimento" de tren lleno de sed, hambre y miedo. Un film con mucho carácter, talento y que carece de sentimentalismo barato y facilón. Y es que el estilo de Vilsmaier a la hora de llevar a la gran pantalla películas de esta índole me sigue pareciendo uno de los más directos y sencillos. Se atreve sin necesidad de escándalo, sin escrúpulos, porque ha conseguido un film fuera de lo propagandístico y que merece ser visto y analizado. Un ejemplo de que los acontecimientos históricos son una oportunidad para hacer cine y memoria.
Con un guión muy cercano y útil para la ocasión, los personajes no derrochan sus fuerzas si no es necesário, las lágrimas son el último estadio en la desesperación y ofrecen más humanidad y voluntad que otra cosa. Un hombre que cuenta chistes y que canta, una niña que etiende con la mirada, mujeres con recién nacidos y jóvenes enamorados son un ejemplo de la naturalidad y diversidad de los personajes. Tan reales que tienen mucho espacio en este film. Interpretaciones escuetas en algunos casos pero eficaces. La cinta ofrece minutos a cualquiera que se encuentre vivo en ese tren sin necesidad de preguntar si puede o no aparecer.
Y conforme pasan los minutos la cinta va haciendo un repaso flashback de cada uno de sus personajes. La película se va consumiendo en minutos pero también en vida humana. Cada minuto que pasa del film es un minuto de alternativa a la fuga, un minuto más de esperanza para la vida. Es curioso el parecido físico del actor alemán Gedeon Burkhard a aquél Ben Cross que interpretaba a Abraham en Carros de fuego. Y curioso parecido esta vez en lo que a la interpretación se refiere a Lena Beyerling con la niña de El laberinto del fauno. La interpretación de estos dos últimos es de lo mejorcito del film. Con un ritmo que obligatoriamente te hace ir hacia adelante por razones evidentes, la cinta reune aspectos que otras de su género e historias parecidas llevadas al cine no tienen. Me refiero a la ausencia del morbo, el escaso fin político, la ausencia de todo lo comercial que otras venden. Esta cinta arrastra la esencia humana, la moral y la necesidad de vivir por todas partes. Personajes cotidianos pero un contexto poco normal.
Un ejemplo de los límites y un análisis de la raza humana en toda regla.