Las cosas están claras con Star Trek. No es ninguna maravilla. Está filmada exactamente cómo mandan los cánones del cine de acción de hoy día (tal como ya pintaba Misión imposible 3) aunque esto en verdad deberia ser ciencia-ficción espacial. Eso sí, por el camino quedan varias estampas de galaxias, planetas y naves realmente hermosas.
Está filmada como uno se espera que filme J. J. Abrams. Tiene el ritmo exacto que uno se espera pero, claro, con el defecto de quien tampoco tiene talento como para detenerse en detalles sorprendentes, mágicos, ricos o simplemente interesantes. Star Trek es un pim pam pum: "Necesitas demostrar que Spock está comprometido emocionalmente" y dos minutos después ya estamos viendo precisamente ese momento. Y listo, a otra cosa sin demora. Muy cerquita del que bauticé como estilo narrativo Sinópsis, que George Lucas elevó a la categoría de arte/desastre en el Episodio II de Star Wars.
Aquí simplemente la cosa va deprisa y no da como para que todo devenga en despropósito. El interés se mantiene, alguna que otra escenita de acción tiene su chispa (sin excesos positivos) y las dos horas vuelan. Eso sí, por el camino quedan un par de elementos a subrayar. Uno por positivo y otro por negativo.
Empezando por la noticia mala: Mientras que Spock está suficientemente esbozado, simple pero diáfano, con un Zachary Quinto bien elegido y muy bien plantado en pantalla, con Kirk todo se torna estúpido: el actor es un guaperas chulín como tantos otros, y el retrato que pretende ser completamente antagónico al de Spock (frío uno, apasionado y temperamental el otro) resulta burdo: destroza coches y se mete en peleas en bares y, toma ya, precisamente esto es lo que llama la atención del Capitán Pike. Verle hacer el manguta es suficiente para ver que ese barfly tiene madera de futuro capitán interestelar. Claro que sí.
Lo positivo: La sorpresita temporal que lleva a la trama al viejo Spock, toda una agradabilísima sorpresa y que no resulta simple capricho, sino que acaba por asentar toda la trama de la película (más allá de que luego resuelvan problemas a tiro de materia roja; licencias trekkies).
El resultado finalmente es tan llevadero como olvidable, salvo, imagino, para los fans acérrimos, cansados ellos de tener que defender películas malas malísimas. Ahora tienen algo a lo que agarrarse.