Paul Andrew Williams se erigió como uno de los realizadores británicos más prometedores de su generación con London to Brighton, una película que arrasó en todos los festivales de Gran Bretaña hace un par de años. Ahora cambia de registro para ofrecernos una comedia negra al gusto de los amantes del terror. La estrella indiscutible del film es Andy Serkins, el Gollum de El señor de los Anillos. Junto a él aparecen otros británicos como el famoso cómico Reece Shearsmith, la espectacular modelo y actriz Jennifer Ellison o Dave Legeno, un boxeador al que veremos en la próxima entrega de la serie Harry Potter. La idea es mezclarlos a todos en una batidora para que la comedia coral se trasforme como por arte de magia en un delirante splatter coral.
El gore entendido como gag visual suele funcionar a las mil maravillas. Lo hemos comprobado en películas como Severance, una influencia reconocida por el propio director de The cottage, aunque algunos críticos han definido su trabajo como una mezcla entre Fargo y La matanza de Texas. Conozco a más de una persona que me preguntaría cómo somos capaces de reírnos con este tipo de historias que hacen chiste del sufrimiento humano. No se trata solo de que la película esté concebida como una comedia. El escritor francés Jean Anouilh dijo en una ocasión que la desgracia ajena era la cosa más graciosa del mundo. Y si esa desgracia incluye desmembramientos varios, mejor que mejor. Ciertamente, somos unos enfermos...