El nuevo hallazgo del cine francés es una película de innumerables referencias. Pascale Ferran se encarga de adaptar El amante de Lady Chatterley, novela de D.H. Lawrence que ya llevara a la gran pantalla Lawrence Webber en 1989, aunque lo cierto es que existen otras tantas versiones cinematográficas del libro, a cada cual más peregrina. La directora ha escogido la segunda de las tres ediciones de la novela, centrada en la formación de la pareja que conforman la propia Lady Chatterley -unida en matrimonio a un inválido- y un guardabosque. Se trata de un film de época que abordará sin tapujos la sexualidad de los actores como motor vital de su historia, aunque ya no sea posible que hoy en día levante una polémica similar a la que surgió cuando el libro fue publicado, a principios del siglo pasado. Al igual que la novela original, la historia oscilará entre el valor de lo reflexivo y la pasión de los impulsos, representados aquí mediante el sexo. Se trata de ofrecer al espectador una sensualidad elegante e inteligente a partes iguales.
Pascale Ferran es una reputada realizadora que ha obtenido importantes reconocimientos, tales como una cámara de oro en Cannes -Petits arrangements avec les morts- o un premio FIPRESCI en Venecia -L’âge des possibles- La reseñable cantidad de premios acumulados por esta película en numerosos festivales -empezando por una gran colección de Césars- así como el reconocimiento de la crítica a la interpretación de Marina Hands (también presente en el Festival de cine de San Sebastián con La escafandra y la mariposa, de Julian Schnabel) consagran a Lady Chatterley como las grandes películas francesas del año. Es cine de calidad y por ello una cita imprescindible.