Esta película sigue un esquema muy
reconocible dentro del cine nórdico. Personajes que deben estar
atormentados por terribles males, cada uno tiene su cruz, y que se
relacionan de diferentes maneras entre ellos. En esa línea, podemos
encontrar grandes películas pero también mucha copia de menor
calidad, como es este caso.
No se puede decir que no sea una
película correcta. A pesar de su terrible fotografía a base de
filtros de color, por lo demás está realizada con corrección e
interpretada convincentemente por el reparto. Pero no deja de
resultar una versión sin apenas talento de otros buenos dramas
suecos. El argumento sigue una estructura convencional que no falla
demasiado pero que nos la sabemos de sobra.
No genera ni satisfacción ni tampoco
rechazo, lo que más me provoca esta película es indiferencia.