Sólo existe una razón para hacer una película sobre un fenómeno social como el bullying: aportar una sesuda reflexión sobre el origen, razones y consecuencias del mismo. O, por lo menos, así debería ser. Sin embargo, está claro que productos como estos (generalmente en formato de telefilm) sólo se hacen para aprovechar una tema que está de moda en los infortainments que han sustituido a los telediarios. Y es que ahora los telediarios tiene más de drama y de ficción que las propias películas. Creo que mi momentazo preferido son los reportajes de "La violencia en los móviles". Esos maravillosos análisis sobre el nacimiento de videos grabados en clase donde se maltrata a otros alumnos y profesores, y donde ni siquiera se tiene en cuenta el que antes no podían existir esos videos porque no existían ni los móviles ni Youtube.
Así que quien vaya a ver esta película debe tener en cuenta que cinematográficamente no aportará nada (su coartada será que busca ser casi telerrealidad) y, como reflexión, valdrá tan poco como cualquier telediario. Este es ese cine español del que hay que huir como de la peste.