Y porque con Shrek 2 va a seguir por el mismo camino. Pero sin repetir fórmulas. Se mantendrá ese tono irreverente pero no irrespetuoso, original pero no rompedor, y/pero siempre siempre siempre divertido hasta decir basta.
Y con novedades, porque desde el otro lado del charco ya nos avisan, que ese personajillo de cuya voz se ha apropiado Toñito Banderas, el gato con botas, se convierte en uno de los mejores elementos de la película, el truhán que robará escenas a nuevos y a viejos.
No tengo mucho que decir de esta película. El que haya visto la primera sabe a qué atenerse. El que no, simplemente un consejo: ¡No te la pierdas!