Con el impulso de los Oscar siempre nos llegan una serie de
películas nominadas que no tienen demasiadas posibilidades de alzarse con el
ansiado premio (y empujón mediático), pero que resultan tan interesantes o más
que las principales candidatas. Pronto, sin embargo, son condenadas al olvido.
Pienso en el año pasado con El lector (que al menos se hizo con la actriz protagonista) o en películas del pasado
hoy muy olvidadas como En la habitación.
La película que ahora nos ocupa, An
education, tiene los visos de seguir este camino.
Una directora danesa al frente, Lone Scherfig, de quien es posible que muchos lectores hayan podido
ver Wilbur se quiere suicidar. Quizá
tenga una pose demasiado indi (por ahora ya ha ganado el premio del público en Sundance) y eso se aprecie en algunas maneras algo tópicas
en su búsqueda de originalidad. Sin embargo, creo que en esta ocasión, la
temática y la ambientación camuflarán los excesos de militarismo indi.
El guión se basa en las memorias de Lynn Barber, aunque sólo toma como referencia cierto arítuclo de la
periodista y no las memorias que ha escrito después. Todo induce a pensar que
la película retrata un pasaje concreto de su vida, donde la esencia de los 60
tendrá gran importancia. Es muy posible que la directora haya sintonizado bien
con el personaje.
Atención a la protagonista, Carey Mulligan, que está pegando fuerte (también nominada al
Oscar). La hemos podido ver, aunque no demasiado, en Enemigos públicos. En el resto del reparto destacan Peter Sarsgaard, Alfred Molina y Emma
Thompson.
Recomiendo este estreno interesante que posiblemente en unos
años estará olvidado. Ahora es el momento.