Crítica de la película La Momia 3: La Tumba Del Emperador Dragón por William Munny

Profundamente decepcionado por el minutaje que se me ha ofrecido con este film, y conmigo mismo, por pensar que en algún momento era posible lograr la mediana intensidad de las otras películas, con la misma dosis de ingenio, rapidez y alegría de miras. El concepto de la momia como tal es un lastre que no se ha sabido conjuntar de nuevo.

Nuestros héroes han sido retirados del escaparate de los sueños, intentándonos vender una imagen de matrimonio acabado y decrépito, cuando es todo lo contrario, forzado a una aventura de por sí forzada que no hace más que exagerarse a sí misma en un caer de escenas que necesitan de absurdas reglas, para dar tiempo a la momia Jet Li a encontrar su renacimiento. Si en las anteriores películas también se trataba de esto, pero mostrando peligros ciertos, no pantomimas a base de nieve y mucho petardeo, monstruos de las nieves y todo. Con chistes ingeniosos o al menos que no desentonaban demasiado, con unos efectos especiales que al final servían para animar unas escenas ya animadas y no como ahora que son lo único que le da alegría a todo esto.

El desesperante romance de los dos jovenzados no hace más que importunar continuamente, haciendo pesada la carga tanto de la mala acción antes mencionada como de los momentos de drama, o como se dice cine de diálogo, para no aportar ni verosimilitud, ni tensión, ni mejora alguna. Total y en resumen, un héroe en forma de matrimonio destrozado, un nuevo colaborador que de niño se mostraba más interesante que de atractivo mozalbete, una momia más lenta que las anteriores con poderes que le hacen invencible pero no lo es tanto. En definitiva, una excusa de película, que ha decepcionado en general a los amantes de la saga, para terminar con nuestra esperanza a lomos de lo que fue el sueño de creer en una aventura digna.