La nota alta es porque me ha gustado. Tan sencillo como eso. A pesar de las inclemencias de la lentitud, sobre todo en la parte final, postergando todo sin demasiada necesidad de parar los eventos tanto, y de algunas repeticiones de escena con practicamente lo mismo por decir, puedo dar mi consentimiento a una historia que necesita ser tan así.
Escenas como el guateque clandestino no dejan de tener a mi entrecejo preocupado, pero prefiero clasificarlas como una propiedad del tipo y la cultura de la época antes de entrar en mayores agravantes.
De todas las formas, una historia extensa y sensible como esta merece la compasión, porque entre otras cosas, es poseedora de realismo y quietud, una quietud propia de los protagonistas y sus situaciones particulares. Un medio aplauso.