La escarcha es como esperaba un juego de reflexiones no tanto matrimoniales como de ser humano insatisfecho y peleón, ser humano en una vida cotidiana que se frustra cada vez que se enfrenta a otras cosas distintas a las marcadas por el viento del norte. En este caso, con dos palomas a cada cual más equivocada con sus intentos de existencia, que nos transportan de repente, y por la vía rápida de siempre, la de la muerte, a un caer de vértigos que siempre acaban por apagarse con las rupturas.
Hasta ese punto mencionado el film no cambia o dista de otros, no es la novedad lo que transportaba, es el profundo ahondar en las mentes de dos desesperados, sobre todo uno, que aúnan el pasado y el presente en un curioso y poco vertiginoso quizás único momento potencial, en una casa abandonada y loca. La pelea de ambos, rechazándose y estirándose es un resultado muy decente, el resto, el personaje de la hermana y su historia turbia, un aderezo bien interpretado pero chirriante, así como el espejismo de hielo, únicamente terminan por completar y no del todo ayudar.
Entera, completa, se puede decir que redonda pero rápida en algunos momentos, lenta en otros, incidiendo demasiado en ocasiones en ciertos momentos para pasar por encima en otros. No obstante, la recomiendo sin dudas, el hecho de sentarse a ver un poco de profundidad aunque al final no sea fallida pero sí floja es suficiente para adentrarse.