pufff, qué poco me apetecía hacer ésta postcrítica. Y es que malmetí tanto contra ella en mi precrítica, que casi me he quedado sin fuerzas para postcriticarla.
Ésta película, es, sobre todo, aburridíiiiisima. Para aquellos que no estén acostumbrados al gore (género al que pertenece éste bodrio), supongo que quizás consiga mantener la atención durante los tres cuartos de hora de reloj que duran los chorros de sangre en cámara lenta, con los que Gibson nos reproduce su particular visión del Via Crucis. Pero para álguien que ya ha maltratado suficientemente su sensibilidad como yo, la verdad es que las escenas de sangre no impactan nada.
En otro orden de cosas, la verdad es que en la precrítica me confundí al interpretar los objetivos de la película. No es sólo una operación de marketing (que lo es) sino que además se trata de un panfleto ultracatólico con el que Gibson nos deja entrever lo facha, sectareo y hortera que es... ¡y lo peor es que amenazan con otra peli igual! Me pregunto si tras su trilogía facha (Braveheart, El patriota, Cuando éramos soldados) vendrá una trilogía ultracatólica, con la que termine de cubrirse de mierda.
Si quieren buen gore, vayan a ver El Amanecer de los Muertos, que como remake no está nada mal y no maneja ningún tipo de moralina barata.