Efectivamente, ante todo llegó el momento de mojarse. Ya no bastan simplen análisis y pajas mentales varias en el blog. Aquí hay que puntuar, razonar y dejar sentado de manera oficial y oficiosa cuál es mi opinión previa al visionado de Watchmen. Falta muy pero que muy poco para el 6 de marzo, amigos.
El cirriculum de Zack Snyder es un garantía... para saber que será muy fiel al material original. Esto no es difícil de deducir, viendo por dónde fueron los tiros con 300. Es de suponer que aquí, tratándose de un autor como Alan Moore, cuyos seguidores podrían llevarse el premio a los más radicales, Snyder haya cuidado muy expresamente que su adaptación sea respetuosísima.
Esto no es bueno, ni es malo. Veremos. Desde luego el material de Moore es fantástico, inmejorable. Esperemos que Snyder no sea fiel únicamente en lo visual y se atreva a serlo también con las subtramas, corruptelas y especialmente con la podredumbre moral que respiraba la narración de Moore.
El material es inmejorable, las ganas de Snyder de hacer algo realmente potente saltan a la vista y su capacidad para presentar imágenes de ritmo y poderío apabullantes quedó demostrada ya con la espectacular intro que firmó para El amanecer de los muertos.
Watchmen es una pieza distinta, no es un título convencional, no sigue patrones definibles como "comerciales". Por ahí llegan los miedos. Pero esto personalmente no debería importarme... salvo que ese miedo le haya asaltado previamente a Snyder y haya preferido ceder a ciertas exigencias.
Esperemos que no. He decidido pisar el acelerador e ir con el pilotito de expectativas iluminado al tope, al rojo y echando humo. El batacazo puede ser gordo. Pero si resulta que no...
Es uno de los estrenos del año, y merece el riesgo.