Ésta debe de ser la Semana de terror de los clásicos revisitados. No nos engañemos: el cine de terror se dedica a revisitar, homenajear, copiar, parodiar y machacar sus propios subgéneros una y otra vez, y la Semana es buen reflejo de esto, como buen termómetro del estado del género. Aún y todo, creo que éste es el primer año donde veo tanta propuesta que sigue al dedillo las premisas más clásicas. Un caso evidente de ésto es la película que me ocupa en ésta precrítica: Hush. Atención: road movie con misterioso perseguidor. ¿Lo ven? Todo un clásico. Y es que cada uno de los lectores de ésta crítica ya se han hecho su propia película. Cualquiera puede imaginar por dónde irán los tiros.
Y esto es lo que más miedo me da. Estar en la butaca hora y media sabiendo perfectamente cómo va a acabar cada escena y sabiendo que la película sólo puede acabar de cuatro maneras muy concretas. Hora y media aburrido. Por eso va a ser muy difícil que salga de ésta película contento...
¿Originalidad? ¿Humor? ¿Ritmo frenético? No sé si será suficiente para superar el aburrimiento de un argumento tan trillado.
Veremos.