Es inevitable que Jennifer Chambers Lynch arrastre tras de si el peso de su apellido. La hija de uno de los directores más influyentes de todos los tiempos tuvo un debut poco agraciado en el mundo del largometraje. Su opera prima, Boxing Helena, cosechó un sonoro Razzie a la peor dirección del año, aunque -hay que decirlo- también estuvo nominada en Sundance. El caso es que la experiencia debió de resultar tan desagradable para la pobre Jennifer que ha tardado quince años en volver a ponerse detrás de una cámara. Por fortuna, en esta ocasión las cosas han sido diferentes. Sin ir más lejos, Surveillance ha sido premio a la mejor película en la pasada edición del festival de Sitges, eso si, con cierta polémica.
La historia promete sorprender al espectador a través de un trabajado guión centrado en una investigación policial. Como no podía ser de otro modo, es el bueno de David quien produce el film. El plantel de actores es estelar, destacando la pareja protagonista formada por Julia Ormond y Bill Pullman. Los secundarios tampoco se quedan cortos. Atentos a la presencia de la actriz Pell James. ¡Quien nos iba a decir que acabaría aquí después de verla en una producción tan casposa como Neighborhood Watch! También hacen acto de presencia Kent Harper -que asume igualmente el rol de guionista- y Michael Ironside, un habitual de Paul Verhoeven al que también encontraremos en The Alphabet Killer. Surveillance es una de las grandes sorpresas de la temporada y como tal dará mucho que hablar en los próximos meses. Hay que verla.