Poco esperaba yo de la película. No esperaba “El Resplandor, no esperaba “Carrie”. Incluso afirmé que no nos íbamos a encontrar con una buena película. Pero sí esperaba una regular, cuando menos. Bueno comienzo, con Johnny Depp en el coche dudoso de si volver o no al motel. Parecía que iba a estar bien. Pero la película se va desinflando minuto a minuto. Y cuando a mitad de la película vislumbro el final y me digo a mí mismo «no puede ser, otra vez no. Eso está muy visto, ya no sorprende a nadie...» Pero cada vez resultaba más claro el desenlace de la somera intriga. Terrible. Que una película como “Cold Mountain” o “El último Samurai” no sorprendan, pase, pues ese no es su cometido. Pero querer colocar un final sorpresa de los de “¡ah, claro! Ahora lo entiendo todo” y que se te vea el plumero con toda nitidez a mitad del metraje (o antes para los más atentos que yo), eso es lamentable. Además quedan convencidos de que han cogido por grata sorpresa al espectador, pues se atreven a recalcar por voz en off que lo importante de un cuento es su final. Les daría un par de títulos recientes para que comprueben que de nuevo no tiene nada.
Parece ser que King está en horas bajas, y ya no es fiel a su imaginación. Tiene que recurrir a trucos zafios que ya nos suenan demasiado a otras historias. Él mismo se ríe de sí mismo a través del personaje protagonista, con el tema del plagio y cuando uno de los personajes le acusa de escribir basura para conseguir mucho dinero (sin ninguna objeción por parte del escritor). Pero a la vez diría yo que se ríe un poco también de sus lectores, y por extensión de sus espectadores.
Johnny Depp bien, claro, como siempre, pero tampoco brillante. John Turturro hace lo que puede con un personaje “eztúpidamente eztúpido”.
¿Y qué tal David Koepp? Pues lo esperado. No me quejo de su guión ya que creo que todo el problema está en el argumento. El guión es correcto y hace lo que puede. Eso sí, como director tiene poco valor. No consigue crear ningún clima en toda la película. Visualmente resulta artificial, como si estuviéramos en un estudio. De vez en cuando se dedica a regalarnos algún plano imposible, al estilo de “La Habitación del Pánico” pero en el resto no deja de ser un guionista poniendo imágenes a sus palabras.
Lo que pudiera ser una película entretenida, por aspirar a más se convierte en algo aburrido con escenas que simplemente quieres que pasen porque ya sabes por dónde van a ir y además no quieres que tomen ese camino.