Crítica de la película Iron Man 2 por Beiger

La primera parte de esta nueva saga de superhéroes que se ha sacado Marvel de la manga sorprendió por un tono distinto al que nos tenía acostumbrado tanto las películas de Marvel (principalmente Spiderman) como las de comics en general. Bien es cierto que Iron Man llega después de que se comenzara a renovar las sagas de superhéroes al calor de éxito del nuevo estilo del Batman creado por Nolan. Pero Ironman sorprende más que por su realismo, por la socarronería generalizada con que se cuentan las cosas (potenciada al máximo por Downey Jr. que sabe explotar su imagen de enfant terrible) así como por detalles como una banda sonora llena de temas de rock duro.

Las segundas partes siempre son difíciles. Ya no se sorprende con el tono, ni se puede rellenar metraje dando a conocer personajes o poniendo en situación al espectador. Aquí ya toca entrar en harina desde el principio. Así que las segundas partes suelen convertirse en una versión depurada de la primera, donde se elimina todo aquello que no funcionó o que generaba ruido, y se dejan exclusivamente los elementos que funcionaron. Muchas veces esto supone un empobrecimiento del resultado al no rellenar el hueco de lo que no funcionó con ideas nuevas. A veces se consigue mayor solidez como en X-Men 2, o se cuenta con gente sin complejos como en Spiderman 2... pero generalmente se cae en la repetición de la primera parte pero, como he dicho, depurando la fórmula.

En este caso tengo que ser pesimista: en vez de un Iron Man tenemos dos, en vez de una banda sonora más o menos original tenemos una selección de canciones de AC/DC hecha por los usuarios y a un Robert Downey Jr. desatado con la prensa siguiéndole de aquí para allá.

Ojalá me equivoque, pero me temo que, sin ser una mala película, saldremos del cine con la sensación de oportunidad desperdiciada...

Veremos.