Se presenta en la sección de Zabaltegi del Zinemaldi de San Sebastián el primer trabajo de Philippe Van Leeuw. Esta película belga no responde al clásico primer trabajo de un director. La película tiene un aspecto de documental y pretende ser testigo de unos sucesos que convirtieton al país de Ruanda en una víctima más de la barbarie y del genocidio. Su intención de crear opinión será un aspecto que la diferenciará claramente sobre todas las demás. Para buena parte del público, los hechos que sucedieron en el país africano son una gota en el panorama internacional. Tan poco conocida entre nosotros, la historia que nos quiere contar Van Leeuw es un ejemplo claro de lo que el ojo no ve ni en la tele, ni en la pensa ni en el cine. En cierta manera, es un homenaje a todos los olvidados.
Me parece un proyecto muy valiente que une la crítica, la denuncia, con la actividad cinematográfica formando un bloque muy interesante. Es una opción de participar activamente en una proyección que nos hará también participar activamente agitando mentalmente nuestras energías de cambiar el mundo y denunciar los genocidios. Aún así, no aportará más allá de lo más puramente social.