La película da exactamente lo que promete: gags bestias sobre unas ovejas mutadas genéticamente que la emprenden contra los propios granjeros.
Por detrás, los personajes estereotipados clásicos para que la cosa funcione y poco más. Éstas películas se basan en crear las situaciones necesarias para que ocurra lo imposible como, por ejemplo, esa explosión final del metano de los pedos de las ovejas: apoteósico.
Apoteósico el final, apoteósico el comienzo pero (y aquí viene el pero) por en medio era muy difícil mantener el nivel. La película baja y uno se pregunta por qué no pudo haberse hecho como un capítulo de una hora, en plan Masters of Horror. Imagino que son exigencias comerciales, pero es una pena.