Crítica de la película Tú, yo y ahora Dupree por William Munny

A punto de estar aún por debajo en la puntuación, la película me ha resultado hasta aburrida. Si empezamos por el centro de atención, para nada gracioso aunque sí parlanchín, no confundir, partimos de un personaje que tiene que ser el motor pero que no tiene chispa, y que además termina siempre por perder frescura en cualquiera de las intenciones de gracia.

Si seguimos con ese matrimonio que no pega ni con cola, con un Matt Dillon perdido en el papel, sin econtrar su lugar en esa casa, y su mujer tan perfecta en todo momento, que rompe el ritmo de las escenas con su elegancia de andar por casa, no encontraremos demasiados recursos para continuar con la película.

Para colmo, con un leve personaje de padre de la novia que exagera en todo momento su estar y no sirve más que para dar descando a las innumerables situaciones sin apetito que colean por el film sin demasiada importancia.

Puede que tan sólo se trate de una cuestión de gustos, pero incluso entre las películas de este tipo esta es mala, por poco graciosa, ya que se basa en palabras y ni siquiera estas son demasiado chistosas, porque el discurso de Dupree y la paciencia de sus anfitriones no tienen sentido y mucho menos en el siglo XXI, dónde se supone incluso en el cine, esto está más que superado, como los problemas que plantean.