Se ha estrenado ya el que era uno de los grandes films del verano. Aquel que llegaba con la vitola de adaptar al cine la serie de relatos de Asimov que conforman el libro "Yo, robot". Aquel en el que se enuncian las famosas tres leyes de la robótica. Aquel texto que debía servir de soporte para crear una nueva joyita de la ciencia ficción, que falta le hace, huérfana desde "Blade Runner", con interesantes intentos como los de Spielberg en "Minority Report".
Mis compañeros ya han subrayado uno de los puntos negros de la empresa: Will Smith. A groso modo puedo decir que estoy de acuerdo con sus inquietudes, pero lo que a mí me interesa, por el párrafo introductorio que he hecho, es intentar prever si la base sobre la que se debe construir todo, es decir, el relato de Asimov, haya sido bien tratado en la adaptación.
Los guionistas encargados de tal cometido han sido dos: Jeff Vintar y Akiva Goldsman. Como es lógico son dos nombres abosultamente desconocidos para todos vosotros, pero no lo serán tanto los guiones que han escrito. Vintar fue el encargado del guión de "The final fantasy", una buena cinta de fantaciencia de animación. De ahí que me agrade verlo en los créditos. Pero, ¿y quién es el tal Goldsman? Pues se trata de un afamado guionista que, desde que lograra el Oscar por su adaptación de "Una mente maravillosa", tiene asegurada la presencia de su pluma en producciones tan interesantes como las adaptaciones que de "Memorias de una gheisa" va a realizar Rob Marshall ("Chicago") y de "El código Da Vinci" llevará a cabo Ron Howard ("Una mente maravillosa"). Entonces, ¿dónde está el problema? ¿A qué se debe mi nota? Muy sencillo, a que el contacto que ha tenido este Goldsman con cintas de ciencia ficción ha sido en astracanadas como "Perdidos en el espacio", sin olvidarnos que fue el máximo responsable del guión de "Batman y Robin" y "Batman forever". Por tanto, ¿qué podremos esperar de este tándem? Me temo que poco, y que aquellos fans de Asimov que vean la película se van a sentir muy desencantados con el tratamiento que de los relatos cortos de su ídolo se ha hecho. Y, derrumbándose la sólida base del guión, sólo nos podemos fijar en la maraña de efectos especiales que nos azotarán las retinas durante la proyección; en un Will Smith que siempre que hace acción no puede evitar hacerla con humor, estando muy alejado del cazarreplicantes Ford; en su compañera de andanzas Bridget Moynahan que no ha pasado de cintas tales como "Serendipity" o "Bar Coyote"; en una divertida dirección a cargo de un especialista de atmósferas oscuras que me temo va a encontrarse por debajo de las altas expectativas creadas en torno a la cinta. En suma, una película tan entretenida como fría.