La verdadera historia del Rey Arturo. Esto es lo que nos venden desde los despachos de producción.
Lo cierto es que muchas han sido las versiones cinematográficas que se han hecho sobre "las leyendas artúricas". En mi opinión, la mejor, y la más oscura, es la que llevó a cabo John Boorman en su grandiosa "Excalibur". Ahora bien, cuando al productor Jerry Bruckheimer ("Los piratas del Caribe") se le ocurre volver a rodar sobre el rey Arturo se le opone el problema de cómo venderla. Para salir al paso nos meten el rollo de no es otra leyenda, sino la verdaera historia que dará lugar a la leyenda. Para ello se asegura la presencia del reputado guionista David Franzoni, autor del libreto de "Gladiador" y "Amistad", un tipo con cierta solvencia en ambientes históricos. ¡Ja! Y nosotros que somos muy tontos nos lo tenemos que tragar. Pues mucho me temo que desde Precríticas no me lo pienso tragar. Porque si el guión de Gladiador es muy acertado no es precisamente por su pericia histórica, ya que éste está trufado de dislates históricos servidos a merced de las necesidades cinematográficas del momento. ¿Acaso estoy diciendo que el guión de "Gladiador" es malo? No, en abosluto, a mí me encanta; lo único que quiero decir es que ésta no es la verdadera historia del Rey Arturo, éste esa una versión muy ficcionada de lo que pudo ser, porque, en puridad, poco, muy poco se sabe del personaje Arturo, salvo que se trataba de un soldado romano que acaudilló una rebelión en tierras inglesas. Todo lo demás, Merlin, Lancelot, Ginebra es mera leyenda.
Entonces, ¿qué nos tenemos que esperar de esta película? La enésima versión de las leyendas artúricas sólo que, como ya las niqueló Boorman con "Excalibur" y al productor Bruckheimer, le parece que son un tanto oscuras y no aptas para estos tiempos, se toman la licencia de poder cambiarla a su antojo para crear lo que quieren: cine épico de acción al estilo "Gladiador", que para eso tene a su guionista y a su compositor, Hans Zimmer.
Pero eso es mucho querer, y más si se confía el proyecto a un realizador de videoclips, Antoine Fuqua, que ha alcanzado fama con su "Trainig day". Una película que a mi juicio se sobrevaloró por las actuaciones de Washington y Hawke.
Otra apuesta arriesgada es la del plantel estelar. El golosísimo papel de Arturo se ha puesto en manos de Clive Owen, un perfecto desconocido para el gran público; el de Lancelot, en las del apolíneo Ioan Gruffuld (Teniente Beales en "Black Hawk derribado"); el de Ginebra, en las de Keira Knightley, que ya se diera a conocer en "Los piratas del Caribe"; y el de Merlin, en las de Stephen Dillane, otro desconocido.
Algún avezado lector me podrá replicar en el foro que los actores elegidos por Boorman para su "Excalibur" tampoco eran conocidos. En aquella ocasión el papel de Arturo recayó en un actor que hacía su segunda película; y el de Merlin en un actor conocido en el mundo del teatro inglés. Pero adelanto mi respuesta: Boorman no quería hacer un taquillazo, sino retratar las oscuras "leyendas artúricas". Querer lograr un taquillazo de verano con actores semidesconocidos es un gran riesgo.
¿Y por qué le doy tres estrellas? Por su guión épico, por su música bien enlazada con una imagen poderosa, con batallas efectistas acompañadas de un brioso montaje, por cerca de dos horas de buen entretenimiento. Esperemos que no se me haga tan larga como "Los piratas del Caribe".
En este verano de tedio cinematográfico, nunca está de más una película como ésta.