Se ha colado en la taquilla esta semana una película tardía, terminada en el 2003. Algo sorprendente si nos paramos a mirar el reparto que atesora: Orlando Bloom (ya sabéis, Légolas, Paris,...), Geoffrey Rush (el mítico actor que encarnaba al Marqués de Sade en "Quills" o el Sastre de Panamá), Naomi Watts (la vimos hace muy poquito en "21 gramos"). No obstante, el protagonista corre a cargo de un actor menos conocido: Heath Ledger. Un chico australiano de bello rostro que se ha prodigado en películas, a mi juicio, muy menores: "El devorador de pecados" (Alex Bernier); "Monster's ball" (Sonny); "El patriota" (Gabriel Martin); o "Destino de caballero" (Sir William Thatcher).
Lo cierto es que por mucho nombre interesante que aparezca en el plantel estelar, no me creo esta película del novato Gregor Jordan, otro australiano, como también es australiana su productora, Lynda House ("La boda de Muriel"). Y todo para contar la vida de un famoso proscrito australiano de finales del XIX. Lo siento, pero falta mucha enjundia en el equipo técnico, donde hay mucho novato, lo sé, lo entiendo, todo sea por dar una oportunidad a una nueva generación dentro de un proyecto que podrá resultar interesante en su Australia natal, pero, y lo sigo sintiendo mucho, este tipo de cine está más explotado que las minas de Oiaso.
Así que como queráis, pero yo os aconsejaría esperar al magnífico DVD.