Es muy probable que nadie haya oído hablar de esta película. Entre otras cosas porque no ha sido estrenada aún en Guipúzcoa, y, sinceramente, dudo que lo vayan a hacer. Esta circunstancia me obliga a acogerme al DIV-X. Pero todos tenemos que estar contentos porque "El penalty más largo del mundo" ha sido estrenada con un montón de copias.
Olvidando los asuntos extracinematográficos me he decidido a precriticar esta película por varias y poderosas razones.
Para exponer la primera de ellas conviene decir que el guión original de esta película llevaba más de diez años dando vueltas por los estudios de Hollywood. Varias estrellas se interesaron por él, entre ellas, Stallone o el propio Cruise. Finalmente, la película se ha realizado gracias a la aportación del Estado de Nuevo México, y a la de un abanico de productores entre los que se encuentra Paula Wagner, la socia de Cruise en la productora de éste. Al final, Tom Cruise creyó en el proyecto.
Su director es Elias. Merighe, un desconocido director, que, a mí, personalmente, me demostró muchas cosas con su anterior trabajo "La sombra del vampiro", con Willem Dafoe. Tengo ganas de ver lo que hace esta vez.
La tercera baza de la película, y a la vez la mejor, la constituye su reparto, encabezado por Sir Ben Kingsley, un actor que no para de meterse en todo tipo de proyectos, en los que siempre deja constancia de su indudable calidad. JUnto a él está Carrie-Anne Moss (Trinity en "Matrix" y buena aparición en "Memento"). Una actriz que siempre aporta matices interesantes a sus personajes, sobre todo, cuanto más oscuros sean.
Termina de acompañarles como protagonista, Aaron Eckhart ("Erin Brokovich", "El núcleo").
Con todo, una película muy interesante de corte independiente, que tendrá muy difícil superar con éxito la difícil barrera del thriller. Demasiado hemos visto ya en este género, pero, no sé vosotros, yo siempre espero algo novedoso.