Su director Tom Vaughn es un tipo con experiencia, que ha dirigido un montonazo de... capítulos sueltos de no muy conocidas series de TV. Un tipo de fiar, vaya.
Su guionsita, Dana Fox (vaya, ¡que se llama como Scully y su apellido responde al nombre de Mulder!; ¿esta mujer existe de verdad?), es esa conocídisima guionista que tiene en su haber grandísimos títulos. Uno, solamente, para ser más exactos. Y además, de garantías: El día de la boda, un pedazo de comedia romántica con Dermot Mulroney. ¡Más garantías!
Vayamos con los actores. Ella es Cameron Diaz, esa chica que ha demostrado por activa y por pasiva que sabe elegir muy bien sus papeles y que le gusta trabajar en películas exquisitas; lo suyo, siempre lo ha dicho, es el cine serio. En su momento parecía que su carrera podría ir por otro lado, pero no, ahora queda claro que solo aceptará buenísimos papeles en Patochadas Mil y Soplapolleces Varias.
Terminamos con el rey, el amo del local, el único e incomparable Ashton Kutcher. Aquí ya no puedo funcionar por sarcasmos ni peteneras. Este tipo, de acuerdo, es alto, cachas y será todo lo guaperas que queráis, amigas, pero es de largo el PEOR ACTOR DEL MOMENTO. No es malo, es infame, no es ni siquiera un no-actor, del estilo de Keanu Reeves o similares. Es un insulto, una molestia, un horror, un grano en el culo, una oreja en la barbilla o una rana con siete patas. Por favor, que le saquen todas las fotos que queráis, sesiones para revistas o lo que prefiráis, pero películas ni una más... ¡por favor!
Que se vayan a Las Vegas a hacer el bobo. Bien. ¡Pero que no lo graben!