El gran Premio del Jurado en Cannes se presenta en la cartelera de esta semana como escondida entre el tumulto de estrenos más comerciales, pero amable con un espectador que necesita de algo de cine sencillo y del día a día, en este caso del día a día belga…
Los hermanos Dardenne, triunfadores con Rosetta, El silencio de Lorna o El niño, esta vez utilizan a un chaval y su bicicleta, no sé por qué me da que simbólica, para dar rienda suelta a una película con toque social y crítica no ácida pero sí posada, a su estilo…
Últimamente muchos son los ejemplos de niños que tratan de mover nuestras conciencias incluso destrozarlas con realidades plasmadas en un cine no tan social sino de calle.
La opción más cultureta de la semana, la opción más necesitada de análisis en la cartelera, con calidad y buen poso tras la sesión eso seguro, cine con calma y que ofrece pensamientos lejos de aventuras perturbadoras que únicamente buscan entretenimiento, que también bienvenidas sean.